05 mayo, 2005

Sexo, software y libertad de expresión

Desde hace un par de semanas leo un blog nuevo, el de Jorge Cortell, profesor en la Universidad Politécnica de Valencia. Se trata de una de esas personas que creen en un mundo mejor, y que además lucha para conseguirlo. Personalmente no comparto todo su entusiasmo ni su sentido del deber, aunque quizás debiera.

Al tema, que me lio. Jorge Cortell está metido hasta las cejas en el mundo de la información, de internet y de las redes P2P. Está en contra de las patentes de software, de los monopolios y, como no, de la SGAE.
Hasta aquí nada extraño. Lo extraño llega cuando el tío quiere montar una conferencia en la universidad enmarcada en la Semana Cultural. Se hablará de todo lo arriba mencionado como ya se ha hecho en multitud de otras ocasiones, pero esta vez además se hará una demostración práctica y en directo de la descarga de una canción a través de un programa de P2P. Como está firmemente convencido de que no solo es una practica moralmente "buena", si no que encima no es legalmente condenable según nuestras leyes actuales (en contra de lo que proponen asociaciones como la SGAE) se dedica a anunciarlo a los cuatro vientos. Reta así a cualquiera que crea lo contrario a que lo denuncie, para así poder demostrar sus ideas en un juicio. En el caso de que nadie lo denuncie, proclama, esas organizaciones estarán admitiendo de forma implícita que lo que ha hecho no es ilegal.

Ese es el principio de la historia, la cual continua con el boicot permanente de la conferencia: cancelación por encontrarse programadas otras dos conferencias para el mismo día, misma hora y mismo lugar, cancelación de la reserva de un salón en la Casa del Alumno (reserva hecha de forma anónima), no asistencia de los medios (Canal 9, TV3, etc.) tras haber confirmado la misma horas antes... y más desventuras.

Al final la conferencia se hizo en un bar, conectando el ordenador al enchufe del microondas. El tío se ha salido con la suya y no lo han detenido. Pero parece ser que algunas filtraciones por parte del rectorado dejan entrever que se prepara un auténtico acoso y derribo a la carrera de esta persona. El rectorado por lo visto se ha visto "influenciado" por cierta asociación ya mencionada antes (alegoría e instigación al crimen, posibles investigaciones de los discos duros en busca de software ilegal, etc).

Este artículo sirve (o eso espero) a dos propósitos. El primero es dar a conocer una situación y el tipo de prácticas utilizadas por aquellos que se supone nos representan. El segundo reivindicar el derecho a la libre expresión, es decir, el derecho a decir lo que me de la gana (siempre que no pisotee los derechos de nadie) sin que puedan venir a cerrarme la boca, aunque en muchos casos se trate de tonterias del mayor calibre.


PD: No, no hay sexo en el artículo, pero tenía que llamar vuestra atención ¿verdad?. Por cierto, la idea del mismo se me ocurrió tras leer el blog de Anselmo y la noticia titulada "America, tierra de... ¿libertades?", echadle un ojo.

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