Siete horas y media duró la sesión de ayer en el Congreso. Fueron siete horas y media de intervenciones de los representantes de los distintos grupos parlamentarios. Y todo eso sabiéndose de antemano el resultado de la votación: el -mal llamado- Plan Ibarretxe no fué aprobado. Así es la democracia, mal que les pese a unos muchos.
No me voy a meter en si debería de haber sido o no aprobado. Como decía una amiga mía ayer, "hasta que alguien me lo explique bien, no pienso formarme una opinión". Contra esto se podría argumentar que basta con hacerse con el texto del Plan y leerselo, o buscar en los archivos de los periódicos un artículo donde se encuentre desmenuzado... pero vamos a ser realistas, nadie que yo conozca va a dedicar su tiempo a intentar traducir el plan, teniendo en cuenta el lenguaje con el que se escriben los textos legales. Y mejor no hablemos de la dudosa objetividad de los periódicos.
Pero ya he dicho que no voy a entrar en ese tema y no lo haré. Lo que sí que voy a hacer es discutir la actitud de algunos partidos que opinan que hay cosas que no se pueden hablar. Según ellos parece que es mejor callarse y guardar bajo la alfombra los problemas, poner buena cara y decir "España va bien". Pues no, España no va bien cuando hay tanta gente que no quiere formar parte de ella (solo en el País Vasco superan el 50%), al menos en la forma en que lo hacen hoy en día. Así que yo creo que es mejor discutir las cosas, hablarlas y llegar a acuerdos. Si seguimos obviando las diferencias estas no van a hacer más que crecer y eso no es bueno para nadie.
Se ha dicho que la forma en la que se ha presentado el Plan no es la correcta, que no cumple con los tramites establecidos e incluso que es anticonstitucional. Sobre lo primero no puedo opinar, mi conocimiento de los vericuetos legales del gobierno del país es, cuanto menos, mínimo. Sobre lo segundo hay que decir que la Constitución es un documento que debe de plasmar la forma de pensar de todos los españoles y si no lo hace, pues se cambia y ya está (en el mismo documento se contempla esta posibilidad). Vamos, que no se va a acabar el mundo por ello.
El que creo que fué el gran fallo de ayer es que en una única sesión debía de votarse la aprobación del Plan, sin que existiesen sesiones previas para discutir sus puntos. Algunos de los oradores hicieron mención de este hecho, diciendo que por ello se veían obligados a votar en contra (y aún así un 10% de los votos no fué contrario al Plan, lo que quizás parezca poco, pero pensad en los millones de personas que representa).
Como conclusión decir que aunque no tengo del todo claro si quiero vivir en un estado federado, una comunidad independiente o cualquier otra zarandaja, si que tengo claro que quiero vivir en un lugar donde se puedan expresar ideas sin miedo a ser prejuzgado, donde las opiniones se discutan y en el que se intente por todos los medios posibles llegar a acuerdos que nos permitan vivir a todos tranquilos.
PD: También creo que esta va a ser la última vez que hablo de política en el blog, pierdo el sentido del humor.
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